Visionado de 'Vacaciones en Roma'

Hola a todos,

este post es diferente al resto, ya dije que quería hacer algo más especial cuando llegase la hora de hablar de sus películas y así ha sido. He vuelto a ver una vez más Vacaciones en Roma, pero esta vez de un modo distinto, anotando todo aquello que me llamaba la atención, capturando momentos especiales y analizando cada escena. Esta vez el post es un poco más personal ya que contiene mi opinión sobre la película, espero que os guste y sobre todo que opinéis. Me gustaría que me comentéis lo que os ha parecido esta entrada y vuestra visión de la película, podéis hacerlo abajo en comentarios o por cualquiera de las redes sociales del blog. Os dejo con el visionado...

Nada más entrar en escena, Audrey Hepburn llena la estancia por completo con su presencia. Al verla, cualquiera podría pensar que se trata de una verdadera princesa como ya en su día comentó William Wyler, no se equivocaba, era una sensación compartida por muchos y que a día de hoy perdura.

Su manera de caminar, su postura erguida (herencia de tantos años de ballet) y su saber estar representan a la perfección las características de lo que idílicamente podríamos pensar es común en alguien de la realeza, hablo por supuesto del concepto clásico, no de lo que es la realeza actual. Lo curioso de todo esto, es que Audrey no debía esforzarse en exceso por dar esa impresión, más bien era algo innato, era una mujer con clase, como muchos la denominarían.

La primera nota de humor de la película (no hemos de olvidar que estamos viendo una comedia), la pone el apuro del zapato. Comienza a sentirse molesta, probablemente debido a llevar muchas horas de pie sin descalzarse durante su rutina protocolaria, por lo que saca el pie del zapato para sentirse liberada. El tacón acaba deslizándose fuera de la falda de su vestido quedando al descubierto y poniéndola en un apuro.

La princesa Ana (Anne para el resto de versiones no hispanas), es una joven que ansía libertad ya que está presa entre tanto compromiso oficial, así se lo hace saber a sus asistentes, está harta de la vida que lleva.

Ana: Detesto este camisón. Detesto todos mis camisones y detesto toda mi ropa interior.

Condesa: Alteza, ¡pero si tenéis una ropa preciosa!

Ana: Sí, pero no tengo 200 años

Ella anhela tener una vida normal. Quiere hacer cosas sencillas como usar pijama corto o ir a fiestas informales. Se le ilumina el rostro al oír la música de la verbena que hay bajo su ventana. Es joven y sin embargo no puede disfrutar de las cosas más normales. Ha de tener la actitud de una persona adulta y seria, lo que a ella le parece aburrido.

Cuando rompe a llorar, saturada por la agenda que le espera, la misma rutina día tras día, lo hace de una manera exagerada, lo que no quiere decir que resulte brusco o poco creíble. Es la manera clásica de actuar, eufórica, exagerando las emociones y sin embargo, creíble, aunque no todos los actores y actrices lograban que pareciera natural, ella sí. Sus reacciones son atemporales y perfectamente entendibles aunque se trate de una película de los años 50, porque, aunque al ver este tipo de películas hemos de tener en cuenta el contexto social para poderlas entender, bajo mi punto de vista, la actuación de Audrey en la mayoría de sus películas, bien podría encajar en el cine actual.

Y le dice el médico tras sedarla...

''Lo mejor es que hagáis durante un rato todo lo que se os antoje''

Comienza entonces la película, es la esencia, hará todo aquello que le apetece y no le permiten.

Todo empieza a complicarse cuando bajo los efectos de la droga suministrada por su médico personal decide huir de la embajada donde está alojada. Ella no sabe las consecuencias que la traerá esto ya que pronto comenzará a sentirse somnolienta y desorientada.

Oculta en un pequeño camión de un repartidor consigue salir de la embajada sin ser descubierta, sonríe, la felicidad se nota en sus ojos...

Joe y Ana no se van a conocer en las mejores circunstancias. Ella, drogada gracias a su médico se queda dormida en un banco de piedra de la calle. Él la ve y se acerca, sabe que no es una mujer cualquiera, parece que va borracha pero es culta y educada, algo no le cuadra, sin embargo piensa: ''no es mi problema'' y decide marcharse.

Cuando llama a un taxi para volver a casa ve que ella se vuelve a recostar en el banco incapaz de mantenerse en pie, el taxista la observa desde dentro del coche y Joe decide montarla en el taxi con la intención de ponerla a salvo. Será la primera vez que se muestre protector con Ana.

Joe no consigue averiguar dónde dejar a esa chica desconocida así que decide dejar que el taxista se encarge, algo a lo que este se niega. Entonces se la lleva a su casa, segunda vez que la protege. 

Ana: Y ahora me dará un camisón con rosas bordadas

Joe:  Por esta noche tendrá que conformarse con esto

Ana: ¡Oh, un pijama!

Joe: Lo siento, hace años que no uso camisón.

Joe no sabe que la princesa a la que tiene que entrevistar está durmiendo en su habitación. Cuando lo descubre decide aprovechar la coyuntura y conseguir una entrevista exclusiva que le reportará bastantes beneficios, así lo acuerda con el director del periódico donde trabaja:

Director: Dígame Sr.Bradley, ¿de qué medios se valdrá para conseguir esa entrevista?

Joe: Entrando en la habitación de la princesa disfrazado de termómetro.

Ante la desaparición de la princesa, su entorno ha decidido informar a la prensa de que esta se encuentra enferma y no podrá atender todos los compromisos que tenía previstos.

Al despertar, mentirá acerca de su identidad y se marchará.

Cuando entra en la peluquería porque ha decidido cortarse el pelo, podríamos temernos lo peor, un desenlace fatal, inclusive el peluquero duda si cortar tanto. Sin embargo, es un cambio radical que lejos de afearla hace que resplandezca aún más.

Uno de los rasgos más significativos de Audrey es que llevaba el cabello corto, por lo general optaba por ese corte de pelo lo que era todo un acierto. Porque siendo realistas, por lo general, las mujeres optan por una melena larga que suele resultar más favorecedora que el pelo corto, porque no a todas nos sienta bien.

El tabaco. Ese es el único pero que podría ponerle. En la película vemos como se fuma 'su primer cigarro', el primero cinematográficamente hablando. Audrey fue una fumadora empedernida que no logró abandonar el cigarrillo en ningún momento. Se dice y comenta que una mujer que fuma resulta muy atractiva, pero esto tiene matices, la manera de fumar del cine clásico, ese sería el primer requisito para parecer 'sexy' y luego que no todas las actrices lograban resultar atractivas con un cigarrillo en la mano.

Recorren Roma en Vespa, esta es quizás la imagen por la que se conozca la película, la más significativa. Ella intenta montar sola pero lo hace de una manera algo temeraria, provocando el caos en las calles de la ciudad.

Audrey no será muy dada a conducir en la vida real. Un día tuvo un accidente de coche con una conocida actriz de Hollywood y desde ese día decidió que no conduciría más. Las ruedas no eran su fuerte ni tampoco su pasión.

La boca de la verdad. La que para mí es una de las mejores escenas de la película, por esa mezcla de inocencia, sorpresa, emotividad, amor...La interpretación de Audrey es tan sumamente natural y creíble que parece que estés al lado viviéndolo con ellos.

Joe: Según la leyenda, si un embustero mete ahí la mano, la boca se la morderá
Ana: ¡Qué terrorífico!
Joe: Atrévase a hacerlo
Ana: Hágalo usted primero

Entonces marchan a la fiesta del barco en el río a la que Ana tiene tantas ganas de ir. Es otra de mis escenas favoritas, cómo se desencadena la pelea y cómo actúa Ana, rebelándose contra los guardaespaldas que quieren llevarla de vuelta.

''La vida no es siempre como a uno le gustaría''

Joe: ¿Estás cansada?

Ana: Un poco

Joe: Ha sido un día agitado

Ana: Un día maravilloso

La historia de amor de Joe y Ana se ve truncada porque ella debe atender a sus deberes como princesa.

Ana: Tenemos que despedirnos. Voy a doblar aquella esquina, tú debes quedarte en el coche y marcharte. Prométeme que no me seguirás más allá de la esquina, sino que te marcharás y me dejarás igual que yo te dejo a ti.

Joe: Así lo haré

Ana: No sé cómo despedirme. No encuentro palabras.

Joe: No son necesarias

Finalmente Joe se negará a publicar el reportaje que había conseguido engañando a Ana. En la escena final se vuelven a encontrar, Ana descubre que Joe es en realidad un periodista y tal vez se sienta engañada pero lo que ha vivido esas 24 horas han sido las mejores experiencias de su vida, ha conseguido sentirse libre por un día y él la ha ayudado.

En su discurso, Ana deja patente que no le guarda rencor a Joe:

''Tengo fe en la amistad de las naciones al igual que tengo fe en la amistad de las personas''

 

Con los ojos repletos de lágrimas, ambos de despiden únicamente con la mirada, es una escena emotiva aunque algo frustrante.

Vacaciones en Roma es el típico cuento de princesa y caballero pero sin final feliz y aderezado con toques de humor. No abundan los diálogos inteligentes ni las frases memorables, son las imágenes las que más llaman la atención.

El hecho de que Joe hiciera caso a Ana y no la siguiera cuando ella se marcha puede entenderse como una muestra de cariño/amor o no, todos ansiamos los finales felices en este tipo de películas y que él no intente luchar porque sigan juntos puede resultar chocante. No obstante, aunque el final es emotivo, no es del todo triste, ella ha sido feliz con poco pero gracias a él y sólo por eso le merece la pena continuar con su vida de princesa.

Como bien sabéis, Audrey logró el Oscar por su interpretación en esta película, pero a lo largo de su carrera realizó varias películas más que hubieran merecido el mismo reconocimiento.

Hemos de tener en cuenta que estamos hablando de la primera película de una actriz novata sin formación específica y que consiguió llegar a muchas personas con su papel. 

Tiene muchísimo mérito, pero claro, es lo que tienen los dones...